lunes, 7 de febrero de 2011

Ser un animal

Cada día les tengo más envidia a los animales, sí, esos que nunca querríamos ser, esos que nos dan pena sólo por ser eso, animales.
Pues me encantaría ser uno de ellos por un día, por dos, o incluso por tres. Ellos no tienen preocupaciones, sólo comen, beben, duermen, hacen sus necesidades y malamente dicho; follan... En cambio nosotros, esos seres tan inteligentes que todo sabemos pero que no somos capaces de saber cuando viene un maremoto sino es con ayuda de alguna máquina, sí, ellos lo saben antes que nosotros, vivimos llenos de cosas absurdas y pensamientos inservibles. Nos levantamos con la preocupación de que tenemos que ir al instituto a estudiar para formarnos y que odamos tener un trabajo por el que tenemos que luchar, dejando a muchos en la calle que querrían ese puesto, para llevar una familia "pa lante", para comprarle caprichos y satisfacer tus necesidades creadas. La segunda preocupación es ver que te pones, ya que no puedes ir muy mal porque la gente es cruel y van a pensar/decir algo de ti, llega el momento de decidir si te llevas el desayuno de casa o desayunas fuera, no es que nos levantemos co ganas de decidir precisamente, pero claro, ahí llega la tercera preocupación : tengo que pensar en el dinero. Y todo sigue así al cabo del dia, una preocupación tras otra...

- No me va el internet
- Me voy a perder mi serie
- Tengo que ir andando teniendo un coche
- No llego a fin de mes
- Tal no me quiere
- Me he manchado (Dios, ¿qué pensarán?)
- Espero más de mi vida
- No me gusta la comida que hay hoy
- ¿Cuando llegará?

Y así seguimos ahogándonos en preocupaciones diariamente, llenando nuestro cuerpo no preparado de ansiedad, de inquietudes y de pensamientos que nos hacen mal. Con todo esto sólo intento deciros que penseis un poco más en cómo vivian tus abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, y si no lo sabeis, preguntadles, os asombrará descubrir que llegaban a casa y se reunian a hablar, ¿vosotros lo haceis?

Hace poco encontré un aparato de 1000 años por lo menos, auqel aparato era lo más feo e inservible del mundo, o asi lo veía mi sobrino cuando saqué la Máquina de Escribir. Se quedó de piedra al ver que eso era lo más parecido que tenia yo de pequeño a un ordenador. Me preguntaba que dónde estaba la pantalla y no le entraba en la cabeza que no tuviera, incluso me llegó a decir que eso no lo usaría nunca porque no se podía escribir...  No llega al metro 30 y ya tiene esas preocupaciones ( no puedo usar algo que no tiene pantalla).

En serio cuando os mancheis reiros, tomaos la vida de manera que veas a los animales más cerca de tí, ya que son los ue realmente viven...

Bueno esto se lo dedico a mi gran compañera Elena, para deje de preocuparse por todo en esta vida y sea más una leona, vales mucho!

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